Dicen que lo que escribimos es el reflejo de nuestra mente.
Dicen que la honestidad es la base de todo.
Dicen que nuestras creaciones hablan por nosotros mismos.
Ahora estoy aquí, frente a la pantalla dilucidando que es lo que va a salir de mi mente después de lo que acaba de pasar. Creo que me siento confuso. Siempre intento mostrarme como soy y no esconder nada. Difícilmente eso cambie en mi. Pero... hasta donde? Donde demonios hay que poner la barrera para no hacer daño al resto? Donde está el tope entre lo que nos tenemos que guardar para nosotros en el fondo de nuestros corazones y lo que le debemos mostrar al resto para que sepan realmente como somos? No es una respuesta fácil, nunca lo fue.
Si es verdad, pasé por una época muy difícil. Meses de no saber realmente lo que estaba haciendo, de saber hacia donde me dirigía. No querer tomar una decisión con respecto a mis sentimientos o lo que quería sentir a continuación... No querer... liberarme. Mientras tanto, me escondí en el barullo de la entretención. En la cómoda almohada de lo erótico y la frialdad de la falta de sentimientos. La "joda por joda". hasta que me aburrí, hasta que me di cuenta que no era yo, era una imagen mía en una sociedad que me lo permitía, que me abría las puertas a nuevas aventuras.
Hace un par de semanas, después de meses de quietud, algo cambió. La nube negra por sobre mío comenzó a desaparecer. Pude ver que mi mente ya estaba clara, que mis pasiones estaban en orden, mis virtudes orientadas y mis valores encaminados. Hace un par de semanas mientras frente a una pantalla afrontaba el trabajo del día a día vi algo... alguien.
En el primer minuto, mis ojos sólo vieron belleza exterior, algo que es lejano pero que siempre es exótico. Te turba cada célula y te hace ver que te mueve tus pensamientos a lugares más agradables. Vi una expresión de la que no estaba acostumbrado en este país. Vi pequeños gestos y actitudes que no encajaban con "el perfil". Algo diferente... algo.. más que bien.
Entre la tertulia del descanso en ese rincón seguro donde no piensas en trabajo, mientras me servía una gaseosa escuché un "¿Eres de Chile?". Me costó creer mi suerte, no podía ser todo se había complotado para que justamente lo que buscaba se plantara frente a mi. Una rápida conversación... entre trémulas respuestas articulé un par de oraciones.
Poco a poco las coincidencias, se hicieron más... reiteradas. Las conversaciones pasaron a ser costumbre, un ritual para escapar a la presión del stress del día a día. Cada vez me sentí más cómodo y más a gusto con algo que no me estaba esperando. Hasta que apareció la sensación de que esas conversaciones ya no sería suficientes... quería más.
Vino una noche de muchas coincidencias, todo salió, era como que algo se complotó para que funcionara. Cada momento de esa noche me hizo ver que lo que tenía frente mío era mejor de lo que me esperaba. Llego a mi casa y totalmente exhausto sobre mi cama, una sonrisa se escapa... no podía creer que lo que había pasado era cierto, no podía creer que quizás era el inicio de algo. Después de eso, sólo han sido nuevos descubrimientos, nuevas posibilidades.
Hasta hoy, sigo sonriendo de tan sólo saber que tengo mi libertad, que ha diferencia de lo que se puede creer, las puertas están abiertas de par en par. En este minuto mi pasado es algo que me sirvió para crecer, pero es mi pasado. Si bien mi ingenuidad me lleva hasta los límites de la idiotez en cuanto a entender la lógica de no mostrar lo que corresponde a nosotros y nadie más. A mostrar lo que no se puede entender.
Se exactamente lo que quiero, estoy aquí, sólo... sin peso muerto... sin Casper.
Perdón.