Me siento como un idiota, pero me siento feliz como nunca jejeje. Estoy frente a mi computador en mi oficina, tomándome un tiempo que realmente necesito para escribir estas líneas. Todavía me tapo un poco la cara y trato de no levantar mucho la cabeza para que nadie se de cuenta que tengo los ojos un poco rojos. Que nadie se de cuenta que se me estuvo por caer una lágrima…
No tengo ganas de hablar de éxitos y fracasos porque ya es un tema que he tocado reiteradas veces. Quizás que si hable de ellos, pero en forma paralela ya que es inevitable. Porque no puedo negar que hoy siento que conquisté el mundo, que se cayó una de las murallas más grandes que no me permitía, en lo profundo de mi mismo, avanzar realmente. ¿Cómo no voy a sentir que es un éxito?
Mi vida ha mutado ya varias veces, así como mi personalidad también. Es lógico que he madurado en muchas cosas, a diferentes velocidades dependiendo de lo que estemos hablando. Pero hay temas que van más allá de la madurez. Ciertas cosas que si no las cambiamos a su debido tiempo se pueden aferrar a nosotros por el resto de nuestras vidas y no estoy hablando de algo bueno.
Cuando era más chico y no hasta hace tanto tiempo, cometí muchos errores. Quizás muchos pensarán “es propio de la juventud”, “no te culpes por lo que ya pasó” o “déjalo en el pasado”. No estoy de acuerdo, para nada. Hay errores que son imperdonables, aquellos que te llevan a hacerle daño a las personas que más quieres, a las personas que te lo han dado todo. Aquellos actos deliberados y de plena consciencia que solo están dirigidos a tu propio bienestar personal, a la satisfacción de algún gusto o vicio personal. Donde lo haces porque quieres.
Llegado el punto donde ya no puedes dar marcha atrás y estas metido en ese círculo vicioso del que no puedes y no quieres salir, ya llegas a creer que es muy tarde. No sólo tu, tus cercanos también piensan lo mismo. Ese es el minuto de actuar, de tomar una decisión de una vez por todas… o que la tomen por ti. Es la última chance que tienes de darte cuenta de lo que realmente está pasando, volver a poner los pies en la tierra y darte cuenta que lo puedes perder todo por una estupidez. De que si sigues así te vas a quedar sólo, quizás no sólo del todo, pero si perderás a aquellos más cercanos a ti, a los que realmente amas.
Por supuesto que tomas la opción lógica pero dolorosa, no te queda otra. Ahí comienza un duro proceso de autoconocimiento, de culpa, tristeza y rabia contra ti mismo. Pero si hay algo que te mantiene a flote como nada más podría: El saber que tu familia está ahí al lado tuyo en cada paso. Que a pesar de todo…siguen ahí. Aunque no te quepa en la cabeza que lo sigan estando. Eso te empuja y te hace crecer y te da la fuerza para aferrarte de las uñas y escalar lo más que puedas para salir del hoyo. Para aclarar de una buena vez tu cabeza y pensar derecho. ¡RAZONAR!
Después viene lo más difícil. Cuando ya todo pasa y te sientes como una nueva persona, pero claro… ¿Te pueden creer realmente? No es posible darse cuenta de que no volverás a fallar y sólo el tiempo lo dirá. Así es como te afianzas a tu nuevo ser y tienes que aprender a tener una paciencia infinita. Porque nunca sabrás el “cuando” solo tienes que dedicarte a practicar y desarrollar el “como”. Lo único que no puedes olvidar jamás es el como llegaste ahí, tenerlo presente cada día de tu vida para saber como es que llegaste a ser esa nueva y mejor persona, como es que lograste hace un cambio existencial.
Es así, como hoy es un nuevo día, pero jamás será un día más. Hoy, a pesar de no haber dormido prácticamente nada, me levanté con una sonrisa que difícilmente se me podrá borrar de mi cara. Hoy todo es lo mismo, pero todo es nuevo. Hoy sigo siendo exactamente el mismo, pero me siento renovado, mejorado… feliz. Camino al trabajo, no le presté atención a nada, sólo pensé en lo mucho que significaba el haber escuchado 6 simples palabras por primera vez en muchos años:
No tengo ganas de hablar de éxitos y fracasos porque ya es un tema que he tocado reiteradas veces. Quizás que si hable de ellos, pero en forma paralela ya que es inevitable. Porque no puedo negar que hoy siento que conquisté el mundo, que se cayó una de las murallas más grandes que no me permitía, en lo profundo de mi mismo, avanzar realmente. ¿Cómo no voy a sentir que es un éxito?
Mi vida ha mutado ya varias veces, así como mi personalidad también. Es lógico que he madurado en muchas cosas, a diferentes velocidades dependiendo de lo que estemos hablando. Pero hay temas que van más allá de la madurez. Ciertas cosas que si no las cambiamos a su debido tiempo se pueden aferrar a nosotros por el resto de nuestras vidas y no estoy hablando de algo bueno.
Cuando era más chico y no hasta hace tanto tiempo, cometí muchos errores. Quizás muchos pensarán “es propio de la juventud”, “no te culpes por lo que ya pasó” o “déjalo en el pasado”. No estoy de acuerdo, para nada. Hay errores que son imperdonables, aquellos que te llevan a hacerle daño a las personas que más quieres, a las personas que te lo han dado todo. Aquellos actos deliberados y de plena consciencia que solo están dirigidos a tu propio bienestar personal, a la satisfacción de algún gusto o vicio personal. Donde lo haces porque quieres.
Llegado el punto donde ya no puedes dar marcha atrás y estas metido en ese círculo vicioso del que no puedes y no quieres salir, ya llegas a creer que es muy tarde. No sólo tu, tus cercanos también piensan lo mismo. Ese es el minuto de actuar, de tomar una decisión de una vez por todas… o que la tomen por ti. Es la última chance que tienes de darte cuenta de lo que realmente está pasando, volver a poner los pies en la tierra y darte cuenta que lo puedes perder todo por una estupidez. De que si sigues así te vas a quedar sólo, quizás no sólo del todo, pero si perderás a aquellos más cercanos a ti, a los que realmente amas.
Por supuesto que tomas la opción lógica pero dolorosa, no te queda otra. Ahí comienza un duro proceso de autoconocimiento, de culpa, tristeza y rabia contra ti mismo. Pero si hay algo que te mantiene a flote como nada más podría: El saber que tu familia está ahí al lado tuyo en cada paso. Que a pesar de todo…siguen ahí. Aunque no te quepa en la cabeza que lo sigan estando. Eso te empuja y te hace crecer y te da la fuerza para aferrarte de las uñas y escalar lo más que puedas para salir del hoyo. Para aclarar de una buena vez tu cabeza y pensar derecho. ¡RAZONAR!
Después viene lo más difícil. Cuando ya todo pasa y te sientes como una nueva persona, pero claro… ¿Te pueden creer realmente? No es posible darse cuenta de que no volverás a fallar y sólo el tiempo lo dirá. Así es como te afianzas a tu nuevo ser y tienes que aprender a tener una paciencia infinita. Porque nunca sabrás el “cuando” solo tienes que dedicarte a practicar y desarrollar el “como”. Lo único que no puedes olvidar jamás es el como llegaste ahí, tenerlo presente cada día de tu vida para saber como es que llegaste a ser esa nueva y mejor persona, como es que lograste hace un cambio existencial.
Es así, como hoy es un nuevo día, pero jamás será un día más. Hoy, a pesar de no haber dormido prácticamente nada, me levanté con una sonrisa que difícilmente se me podrá borrar de mi cara. Hoy todo es lo mismo, pero todo es nuevo. Hoy sigo siendo exactamente el mismo, pero me siento renovado, mejorado… feliz. Camino al trabajo, no le presté atención a nada, sólo pensé en lo mucho que significaba el haber escuchado 6 simples palabras por primera vez en muchos años:
“Confío en ti en un 100%”
Gracias por todo.
1 comentario:
esto que tu describes es mi espejo, es muy dificil darte cuenta que el paso que estas dando te va llevando al pantano del vicio, y que llegas a conformarte a nadar en esos fangos;porq crees que no hay salida. Pero existe alguien que nunca nos dejo aparte de nuestras familias que es Dios quien siempre nos estuvo dando vida.
y quien te da fuerzas como las del bufalo, una gran ambicion y deseo por vivir con los tuyos.
pero cuando reconoces tu situacion tu condicion y aceptas la mano de Dios entonces comienza la guerra por salir adelante o quedarte en la conformidad donde no haras ningun esfuerzo pero dia a dia tienes menos vida.
gracias a Dios que me dio el deseo de mi corazon, y fue el poder sentir volar como las aguilas, con esa paz y esa libertad la cual el solo la da.
por ultimo te digo que los problemas y los vicios tienen salidas no atajos.
Dios los bendiga!
atte: aguila real libre e indomable como ella misma
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