Ayer tuve una conversación muy interesante. Uno de esos momentos que de la nada llegas a hablar de temas que te llegan a lo más profundo de alma y que a veces impactan más de lo que crees tu vida cotidiana. Hasta el punto que te da rabia.
Lágrimas caídas...
Ese brazo que te pasas con rabia y fuerza por la cara para esconder lo poco que se puede la expresión de dolor...
Ojala fuera físico, importaría menos...
Es inevitable, independiente de la personalidad que puedas llegar a tener, tu entorno siempre te va a afectar fuertemente. Desde el romántico empedernido hasta el frío calculador. Nadie escapa de sentir más de lo que quisiera por aquellos que te rodean. Porque es un tema de personas. Nuestro circulo vital. Aquellos que nos componen. Muchas veces sólo pensamos en nuestra pareja y nuestra familia cercana (padres, hermanos, hijos). Pero basta un poco más de análisis y te darás cuenta que tus amigos, incluso aquellos que ni te imaginas, son una parte vital de este círculo.
Desde el comienzo de nuestra vida vamos generando una red de amigos que es única y diferente para todos nosotros. Tenemos aquellos que nos acompañaron en la niñez porque nuestros padres eran amigos, quizás nos los viste nunca más, el resto de tu vida o te lo encontraste 20 años después. También están los amigos del barrio, con los que jugabas en la calle a la pelota o cualquier tontera. Los compañeros de colegio, aquellos que probablemente serán parte importante de tu vida a menos que los cambios de curso te jueguen una mala pasada. Los que conoces cuando haces algún deporte. Ese que conociste en alguna borrachera. Tus cuñados, cuñadas. La Universidad, como olvidar a aquellos compañeros de batalla en duras horas cuando descubres lo que es realmente estudiar... finalmente, tus compañeros de trabajo. Claramente, se me deben quedar miles de tipos diferentes de amigos.
A lo que quiero llegar, es que son todos diferentes.
Tus compañeros de oficina te acompañan al after office, quizás algunos califiquen para tus cumpleaños y una que otra escapada a jugar karting, poker... Así como tampoco invitarás a tu ex cuñado a una fiesta donde sabes que harás...maldades... sin buscar redundar en exceso, a lo que quiero llegar es que tenemos este grupo de amigos que nos llenan en los diferentes ámbitos y ambientes de nuestra vida. Tratamos de mantener un cierto nivel de separación entre estos, para que no se mezclen y no matar esta "magia" que nos entrega cada uno de estos círculos. Pero, a medida que vas creciendo, te vas dando cuenta y vas diferenciando en otro nivel. Aquellos amigos que vas a querer a tu lado por el resto de la vida y por quienes darías cualquier cosa, aquellos amigos que son buena compañía y son importantes para ti, y aquellos que realmente más que amigos son "conocidos".
Los conocidos nunca serán un problema ya que tenemos una limitada expectativa de lo que ellos nos pueden entregar, porque claramente no tienen porqué. El tema está en el limbo que existe entre los 2 niveles más altos. De nuestros amigos más cercanos siempre vamos a esperar el todo por el todo, claramente le vamos a conocerlos defectos y hay que entenderlos así como ellos entienden los defectos que tenemos nosotros mismos. Pero el problema está en cuando te das cuenta que hay alguien que no te respondió en algo que realmente te importaba. Quizás una tontera, pero para ti, era vital que estuviera a tu lado. Entonces dudas de si esa persona es alguien en quien puedes poner toda tu confianza y más aún, alguien que valga realmente la pena. Pero como sigue siendo tu amigo, lo bajas al segundo nivel, o pretendes hacerlo.
Ojala fuera tan simple como eso, si nuestra cabeza estuviera desatada de nuestros sentimientos. Cada vez que un amigo nos falla, se te rompe un poquito el corazón y sientes que fuiste increíblemente traicionado. Algo tan inesperado que te afecta al nivel de sólo pensar en eso y pasar por una tristeza que no pensabas que llegarías a sentir, sobre todo en relación a este amigo. ¿Cómo me pudo hacer esto? ¿Que le hice? ¿Porqué lo hizo? ¿Me odia?.....
¡¿Le hice algo?!
Es imposible preveer el como puede llegar a terminar. Si no hablas nunca más, si tuvieron una pelea que los dejo alejados, o simplemente lo dejan pasar y no terminan resolviendo nada. Pero creo que lo que realmente importa es tener en cuenta lo que sentiste. Más allá del dolor momentáneo, el solo haber tenido que pasar por eso te demuestra que esa persona es realmente importante para ti. fue algo involuntario, pero no pudo dejar más claro que es parte de ti y que lo necesitas cerca tuyo. A menos que el daño haya sido irrecuperable, creo que las energías tienen que estar totalmente dirigidas a entender que pasó, a ver porqué paso, que sepa lo que te hizo sentir, que sepa cuan importante es para ti. Por sobre todo, ver como van a seguir hacia adelante. Mi apuesta, es que la relación sólo se fortalecerá a menos que esta no valga la pena.
La pena y el sufrimiento es una parte vital de nuestra vida, a veces creemos que el mundo se va a acabar o simplemente que ya no vale la pena seguir adelante. Es todo parte de nuestro crecimiento y proceso de madurez que vamos teniendo a lo largo de la vida. Sufrir nos hace más fuertes, mejores personas, más preparados para lo que vendrá más adelante. Sólo hay que preocuparse de no ahogarse en el sufrimiento lo que simplemente se puede evitar... haciendo ALGO al respecto.