martes, octubre 23, 2007

Tonos de Grises


Creo que está más que trillado el que el mundo no es de blanco y negro. Cuantas veces nuestras convicciones, nuestras creencias y hasta nuestros valores cambian o se ven afectados por nuestra experiencia o nuestras vivencias.

Tan fácil es tenerlo todo claro cuando de un consejo se trata. Nuestra mente está clara, nuestros sentimientos inmunes y tranquilos. Pero el vórtice en el cual nos vemos absorbidos cuando de nosotros se trata, es un mundo nuevo. Todos los paradigmas desaparecen, las dudas salen a flote. El cuestionamiento comienza.

A lo largo de mi vida creo haber pasado por diverso dilemas éticos. Muchas veces traspasé barreras en esa época inexistentes. Pero hoy son parte mía. ¿Cómo podemos llegar a formar un límite? ¿Cómo podemos decir “yo nunca haría…”? Es tan fácil generar un juicio. ¿Qué pasa si sabes de una persona que cometió un asesinato? Juicio: “Esa persona es lo peor, merece estar en la cárcel, merece la silla eléctrica”. Pero que pasa si después sabes que esa persona cometió el asesinato defendiendo a su familia. Que lo hizo para evitar que su hija, hermana o señora fuera violada? Me imagino que más de la mitad ya dirá “ahhhh pero eso es que eso es diferente!” Quien es que el que decide: ¿nosotros? ¿Dios? ¿La Ley? Personalmente, creo que ninguna de las anteriores. Creo que la experiencia, las vivencias son únicas de cada cual. Lamentablemente nadie cuenta con una experiencia infinita que le brinda la capacidad de juzgar frente a cualquier situación.

En mi caso personal, he cometido grandes errores en mi vida. Estos errores me han llevado a perder la confianza de mis más cercanos. Lo hice una y otra vez. Aún no lo sé como, pero me perdonaron. Una y otra vez. A medida que seguía creciendo, continuaba cometiendo estos errores. Finalmente, después de mucho sufrimiento, puedo llegar a decir que me convertí en una mejor persona. Creo que hoy mi capacidad de hacer el bien tanto para mi como para el resto de las personas es infinitamente mayor. Entonces: ¿Que pasa si mi seres queridos hubiesen desistido la pelea? Creo que mi vida sería completamente diferente, en pocas palabras un infierno. Pero tampoco hay que equivocarse, allá afuera hay muchos que no merecen ni un ápice de compasión ni perdón. El problema es saber quienes y lamentablemente, somos por lejos los animales más torpes y con mayor capacidad de hacer daño y hasta sin razón alguna. El punto es que a lo largo de los años, creo que las razones de porqué siguieron adelante conmigo es porque fui capaz de arrepentirme. Arrepentimiento real y sincero y las ganas por cambiar e intentar no cometer el mismo error de nuevo. Es esfuerzo no lo tuvieron que hacer ellos, estaba en mi dar el todo por el todo. ¿Recuperé su confianza en un 100%? No lo sé, espero. Cometer el error es fácil y claramente, solucionarlo puede tomar mucho tiempo aún años. Personalmente creo que vale la pena el esfuerzo, porque creo que va en búsqueda de la felicidad, de la honestidad con uno mismo y hacia los otros.

¿Pero que pasa cuando nos pasa a nosotros? Ufff! Eso si que es difícil. Nuestro juicio es rápido y mortal. Son pocas las personas capaces de perdonar realmente, yo aún no se si soy una de ellas. Creo tener varios ejemplos donde si fui capaz de perdonar. Lo hice, a veces sufrí pero la mayoría de las veces terminé teniendo mejores y más cercanos amigo. Otras, fue un desperdicio. Pero creo que hasta hoy, jamás había tenido que pensar en la posibilidad de perdonar algo que siempre había considerado como uno de esos “imperdonables”. En este minuto no me siento capaz, pero insólitamente pienso en la posibilidad. Pienso en que es lo que necesito para lograrlo, en quien me puede ayudar, en las consecuencias… en las posibilidades.

Hoy miré retrospectivamente mi pasado, vi y agradecí las oportunidades que me fueron dadas y además tuve la suerte de hacerlo junto con aquellas personas que me dieron estas oportunidades, y creo que lo mínimo es dejar un espacio para la duda. Creo que si se ofrece una chance, un pequeño orificio en la muralla del despecho y la desconfianza se abre el espacio para ver si la persona realmente desea cambiar. No se le puede dar el libro abierto en la página de las instrucciones, creo que las debe descubrir solo, hacer el esfuerzo. Sufrir, tomar decisiones y dar el todo por el todo de tal manera de dar vuelta el mundo. De tal manera de rezar por la POSIBILIDAD de que te perdonen, de que QUIZÁS recuperes su confianza, algún día. Pero si fallaste, si cometiste el bendito error, lo mínimo es dar el todo de si de tal manera de cambiar, redimirse, recuperar a aquellos que les hiciste daño. Si no lo logras, por lo menos lo intentaste y se hizo lo posible para recuperarlos y encaminarte a la felicidad. Si es lo que realmente quieres…. Es lo más importante, el deseo de cambiar.

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