Quizás que es verdad, dicen que la inspiración viene de la desgracia. Que el sufrimiento abre nuestro corazón, inspira nuestra cabeza e incita nuestras manos. Creo que había tratado de negar todo esto y pude resumir mi falta de constancia en mi blog por estar "ocupado". Pero al parecer, nuevamente estaba equivocado.
Creo que ya son varias las veces que he hablado de la nimiedad de mis problemas. De cuanto me agobio por problemas que parecen ser ínfimos, pero para mi representan todo un universo. Creo finalmente que a cada pez su pecera y que debemos respetar los problemas de cada y tratar de solucionar aquello que nos hace sufrir, por muy básico que parezca a otros.
En este minuto, la relación con mi padre está en jaque. Durante toda mi vida, hemos peleado mucho, simplemente porque somos realmente muy parecidos. Somos ambos de personalidad muy fuerte, cabezas duras y tenemos nuestra opinión muy clara. En mi defensa, debo decir que algo saqué de mi madre ya que a veces soy capaz de mirar un poco más allá, agachar la cabeza y intentar seguir adelante. Si bien todo esto es cierto, el millón de veces, y me quedo corto, que hemos peleado con mi papa (nótese que existe una gran diferencia con discutir) siempre se arregla rápidamente. No dura más de un día. Esto principalmente ya que compartimos una gran cualidad, somos corazón de lechuga, y gracias a Dios.
Pero hace un par de semanas tuvimos una discusión como nunca antes y ambos reaccionamos muy mal, debo decir que especialmente yo. Desde ese minuto no hemos cruzado palabra alguna, algo inédito hasta el momento. La rabia ciega y enloquece, pero temporalmente y después sana. Creo que en esta ocasión hay más sentimientos por detrás, creo que ambos nos sentimos profundamente agredidos. Mi padre, por que le falté el respeto como nunca, y yo, porque nunca he sentido cambio alguno en él.
En conversaciones con mi madre, quien está al medio, me ha hecho ver que es difícil cambiar a un hombre de 50 y pico años, cerca ya de los 60, que me debo adaptar, que sino no va a funcionar. Pero, ¿Porqué? ¿No se supone cierto que la sabiduría se adquiere con el tiempo? ¿No se supone que la edad nos da una mayor capacidad de percibir las cosas y entenderlas? ¿No se supone que los jóvenes somos inexpertos y cometemos más errores? Parece que no. Supuestamente el tiempo nos hace más cascarrabias, menos adeptos al cambio, menos preparados para cambiar. Esto me entristece de sobremanera y me da una sensación de que envejecer no es bueno, algo que va contra toda mi intuición y valores.
En mi caso personal, cada año me siento mejor, cada año que pasa siento que aprendo más y cambio más. Varios son los posts anteriores que hablaban de como el MBA me ayudó más como persona que como profesional. Creo que los últimos 5 años de mi vida me han cambiado completamente y por suerte, positivamente. Así al menos lo he escuchado y hasta me lo han agradecido, sobre todo aquellos a quienes no he visto por largo tiempo ("puta selle q tai viejo!!!").
¿Entonces? ¿Hay una fecha límite? ¿Es una escalera que llega a tope y luego desciende? Me niego a creerlo y esto hace aún más difícil la solución de mi problema actual. Como me puedo enfrentar a un problema que yo lo veo como una necesidad de cambio de AMBAS partes, siendo que la única posibilidad que se me ofrece es que yo cambie? y que me adapte? Estoy dispuesto a ceder 1.000.000 y recibir 1, pero al menos recibir 1!!!! sentir que mi esfuerzo valió la pena!!! ¿Es egoísmo? ¡¡¡No me jodan!!! Está bien no pedir nada a cambio, pero no exageremos!!
"Hazlo por amor" "Hazlo por convivencia". Yo siento amor, amo a mi padre como a nadie en esta tierra, lo respeto como a nadie y su opinión me es más valida que la de cualquiera. ¿Pero porqué no puedo pedirle que cambie un poco???????
Creo que finalmente mi gran problema es que no quiero llegar a "convivir" con mi padre. Quiero que las cosas mejoren, no que este problema se arregle, se deje atrás y todo siga igual. En los últimos años nuestra relación es cada vez mejor. Dudo que sea mucho pedir que esta sea aún mejor.
Pero como todas las cosas en la vida, hay que jugárselas. Dicen que el que no arriesga no gana, el camino parece ser largo, la solución incierta. Pero mi corazón me dice que debo luchar, aunque sea por el 0,0000001. Siempre he creído que estas cosas no hay que dejárselas a la cabeza, el corazón en paz suele ser mejor que 10 cabezas juntas. No muy lógico, pero si mejor.
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