miércoles, mayo 17, 2006

La muerte... siempre tan lejos, pero tan cerca


Creo firmemente que todo acto, todo suceso o evento tiene su propia significancia. Más allá de eso, creo que conlleva una enseñanza. Muchas veces no somos capaces de descubrirla, o bien, preferimos no hacerlo. Es muy difícil aceptar a veces que nuestra vida puede dar un vuelco brutal, aceptar que ya nunca será lo mismo, que nunca seremos iguales a como fuimos un segundo antes de lo que pasó.
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Es para bien o para mal? pues no lo sé, puede que el enfoque que le demos a lo que aprendemos sea negativo. Puede que interpretemos mal las señales. No quiero hablar de excepciones, prefiero hablar de lo que sucede en general. Enseñanzas? pues si, duras tal vez, pero te cultivan , te forman, te guían.
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De a poco me estoy dando cuenta que quiero hablar de algo que me paso hace poco. Creo haber pasado por una etapa sumamente dura de mi vida. Por un lado volví a cometer un error del que pensé que no sería capaz. Por el otro, perdí un pedazo de mi corazón. Este se fue al cielo, junto a Jean Paul.
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Que quieren que les diga, la muerte. Es un tema apasionante, terrible, terrorífico, oculto, enigmático, real y fantástico, respetable, lejano y cercano al mismo tiempo. Como hombres siempre tenemos la tendencia a rehuir la muerte, a negarla: "créeme que nunca nos va a pasar!.. a mi? nooo como se te ocurre... como me va a pasar algo a mi o a mis cercanos". Bueno, puede ser verdad, pero lamentablemente a veces no lo es y la muerte se nos acerca a tal nivel que podemos sentir su aliento en nuestra cara y no nos logramos librar de ella...
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Creo haber vivido los minutos más dolorosos de mi vida en una semana. Descubrí como la naturaleza humana es capaz de adaptarse en forma casi brutal a toda situación. Como es posible que me haya podido acostumbrar a ver como mi padrino se iba consumiendo por el cáncer? Como puede ser que me haya podido acostumbrar al hecho de saber que se iba a morir, a saber que no iba a estar más a mi lado, que no iba a poder llamarlo más, a contarle sobre mis cosas, pedirle consejo... escucharlo... verlo... Pero creo que lo más duro es pensar que finalmente el juego mental de acostumbramiento va más relacionado con nuestro sufrimiento no él del. No es injusto querer que se quede si está sufriendo? querer sostener su mano y ver sus ojos abiertos por un segundo más, sabiendo que ese segundo es uno más de dolor para él? Dios, pero si es increíble, el ahora está descansando, no sufre más. Su vida entró en una calma eterna. Nosotros? no sé si el sufrimiento terminó o recién comienza. Pero importa? pues creo que si, nosotros formábamos parte de su circulo de vida. Estábamos en él, el estaba en nosotros. Como no vamos a formar parte de él? Como esperan que no derrame cada lágrima que puedo al saber que no lo voy a poder tener más a mi lado? como esperan que no pida a gritos que no se lo lleven de mi lado. Lo lamento, lo haría de nuevo, gritaría una y mil veces más. Mi corazón me lo pidió y sé que me lo volvería a pedir sabiendo que le voy a responder.
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Se derrochan lágrimas,
Dios.. como duele.
Vale la pena?
Pues... si... como saber lo que viene?
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Esperanza, mezclado con nostalgia.
Sueños momentáneos, confianza.
Arrebato de ilusiones, vagas.
Vale la pena?
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La mano que no se suelta,
el grito ahogado que busca escapar,
esos ojos fijos en el horizonte , pero...
vale la pena? Así lo creo.
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Amigo, compañero
que más da el título.
ya nada más importa,
vale la pena?
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Un segundo lo cambia todo,
un arrecife entre el comienzo y el final.
Barrera de odio y amor,
pero créanme, vale la pena.
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Vale la pena cada segundo que pasé contigo.
Vale la pena cuando te recuerdo y se que sigues vivo.
Vale la pena cuando te extraño,
y recuerdo que tuve la suerte de conocerte y ser tu amigo.
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Vale la pena, una y mil veces más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No tenía idea lo de tu padrino, y en este mensaje me gustaría darte ánimo y muchas fuerzas para enfrentar estos momentos de dolor. La muerte constituye un acto que escapa a nuestros parámetros de la justicia, pues si se trata ver a través de ella, sólo rencor, incomprensión y dolor encontrarás. Debo reconocer, que la muerte en mi caso, cambió mi vida y la concepción del mundo que anteriormente tenía (...). Sin embargo, la grandeza y el verdadero honor que se rinde a quien ha partido, es la continuación en nuestras vidas de lo que él hubiese querido y soñado.
Amigo, fuerza, mira que el filo de la muerte toca en cualquier momento por nuestras puertas y en un abrir y cerrar de ojos, no alcanzamos a decir adiós.
Un abrazo, y una esperanza al cielo de que algún dia en el patio de la eternidad, nos encontremos con aquellos que han partido, ojalá a un mundo mejor.
Nico

Anónimo dijo...

cuando tenga que dejarte por un corto tiempo, por favor no entristescas ni derrames lagrimas ni te abraces a tu pena a travez de los años, por el contrario empieza denuevo con valentia y con una sonrisa por mi memoria y en mi nombre vive tu vida.
..... y haz las cosas igual que antes, no alimentes tu soledad con dias vacios, sino llena cada hora de manera util. Extiende tu mano para confortar y dar animo y en cambio yo te confortare y te tendre cerca de mi y nunca tengas miedo de morir..... por q estare esperandote en el cielo....