viernes, julio 11, 2008

Un minuto más

Vuelvo a mi tierras. Las raíces me entrelazan y me afirman. Cada membrana de mi cuerpo sabe exactamente donde está y donde se debe mover. Todo es conocido, todo es extrañamente normal. Como si nunca lo hubiese dejado de ser, como si nunca me hubiese ido. Los amigos siguen en pie, te buscan. Qué manera de sentirse completo... ¿Seguro?

Nuevamente aparecen mis 5 minutos. Todo al menos parece estar en su lugar. Pero hay algo que me saca de lugar. Hay algo que definitivamente me tiene incómodo. Intento hacerme creer que no sé lo que es.

mientras paseo por la casa en aquellos momentos sin mucho que hacer, me viene a la mente el brillo de labios "asesino" o las siestas en el sillón del living. Las tardes sin hacer nada durmiendo en mi habitación. Las mil y una peliculas en la sala de juegos. Las fotos antes de la boda. Los besos de buenas noches o la escapadas en la noche después del beso. Mi despertador humano de CADA día. Las mil y una visitas de mis amigos conocidos y por conocer. Los despertares en aquellos días donde definitivamente era mejor quedarse en la cama. El traslado de los muebles.

El paseo por los Malls, los paseos turisticas. La subida a esquiar. Las mil y una idas al cine, los increibles restaurantes. Los viajes al aeropuerto. El Clio con carga hasta el suelo. Mis cumpleaños... Las invitaciones a degustar cocteles.

Un minuto más... En cualquier minuto del día, un minuto más. Es imposible estar completo cuando falta lo más importante. Un minuto que abre los ojos a saber cuan irrelevante es la locación. Todo puede ser perfecto (aunque más correcto sería "normal"), pero nada es realmente normal y completo mientras sólo esté una mitad de la naranja.

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