jueves, junio 19, 2008

Memories 4....así comenzó

Fui amonestado como "patudo" cuando no continué la "Memories 3" con está que escribiré a continuación. Bueno, es diferente. Creo que ambas hablan de cosas muy distintas en sí son muy importantes en sus propios niveles.



Tu volvías de tu viaje, con la sola expectativa de tener un viaje solitario de vuelta a Viña del Mar. Un par de horas antes, con la ansiedad brotando por cada poro de mi cuerpo, me subo al auto y emprendo el viaje. Nada me podía detener, la música me acompañó mientras escuchaba varias veces "Kiss the Rain" y el repertorio completo de Arjona.


45 minutos después, con exactitud, llego al aeropuerto y me pongo a deambular tal aguila al acecho, alrededor de la puerta de salida de policia internacional. Nervioso y como siempre pensando que algo había salido mal. Que llegué tarde... Que ya te fuiste... que el avión no llegó.. Ansias y más ansias. Pero por supuesto, después de unos 20 minutos que me parecieron eternos, ahí aparecieron varios bultos rosados empujados por alguien que NO eras tu... pero ahi estabas, al lado de los acosadores "porta maletas". Me viste y pegaste un salto ya que definitivamente no me esperabas.. "pero si ya pagué me " me dijiste... Well.. I'm here! jajaja. Te miro como si fuera la primera vez y miro con cara de que no quiero q te vayas nunca más.


El viaje de vuelta fue tranquilo, la musica nos inundaba y la conversación sólo salía lo justo y suficiente. Yo te tomaba la mano como no queriendote soltar nunca más. Pero por detrás, más ansias esperando llegar cuanto antes a la casa... todo iba a cambiar esa noche.


Llegamos a la casa y te ayudo con las maletas como si nada pasara. Por dentro, mi corazón latía a mil por hora. Cuando llegamos a la puerta del departamente, deliberadamente te dejo pasar primera y te miro intensamente la cara buscando la reacción a lo que ibas a encontrar. Tus ojos ya grandes se abrieron más y me mostraste una de esas sonrisas con un ruidito de " ahhhhh" que me derritieron ahí mismo, das vuelta la cara y me sonries con un "sebaaaa". Los petalos de rosas cubrian un camino hasta la habitación, lo seguiste hasta terminar en la cama donde te esperaba un peluche y un frasco con un "pololo" encerrado por siempre, rodeado de más petalos rojos. Te miré y no me acuerdo que dije, el nerviosismo se apoderó de mi, pero me respondiste un si con un abrazo y un beso...


Todo comenzó... Un día que ojalá no hubiese acabado nunca. Mi amor por ti sólo crece desde ese día. Desde que todo comenzó.

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