jueves, junio 26, 2008

El Muro de Berlín

Puede que sea mucho decir que me siento en una situación histórica. Pero hasta cierto punto y con una gran apertura alegórica, puedo decir que me siento a un lado del Muro de Berlín. Sin duda esa fue una época donde personas que podían vivir hasta una cuadra de distancia, ser muy parecidas, pero tenían un muro infranqueable al medio que los separaba sin razón aparente.


Creo que la definición de porqué se formó el muro, no va en el análisis. Es importante y no se puede decir que la base de porqué se construyó el muro no tiene solidez alguna. Sería una falsedad. Pero por otro lado, definitivamente no fue la mejor solución no? Pero creo que aunque algo se construya en base a hechos concretos e irrefutables, no se puede formar una barrera infranqueable. Sin siquiera ver pasar las posibles soluciones.


Así como todas las cosas en la vida que no son naturales en nosotros, en el hombre en general, el tiempo las va haciendo insostenibles. A veces, duran más tiempo del que deberían, pero finalmente, es imposible que sean capaces de sobrepasar la voluntad de la gente, de una u otra forma. Si Realmente, se quiere algo que es generalizado y con el tiempo se lucha por eso, la muralla va a ceder.


Quizás que en un comienzo, dada la impresión y la falta de costumbre, la muralla se ataque sin lograr nada. Las perdidas pueden ser terribles, para que hablar del sufrimiento y de la opresión que provoca cada intento por sobrepasar la muralla. La sensación puede ser que cada vez es peor. Pero irónicamente, eso sigue provocando que cada vez los intentos sean más intensos, con más pasión y con más certeza. Con el tiempo y la experiencia, aquellos que lo intentan, aprenden de sus errores. Pero más aún, aprenden de la muralla misma. De sus debilidades. De esta manera, las razones de su construcción se hacen cada vez más ilógicas y su destrucción algo que está ahí... latente.


Con el tiempo y con cada intento que llega más cerca. Se logra ver pequeños atisbos de lo que hay al otro lado, quizás... hasta lograr tirar al suelo un ladrillo. Aunque sea uno, es un trofeo que esa persona lo va a guardar para siempre y que toda su descendencia va a adorar... Simplemente, porque demuestra que la muralla no es indestructible. Aquellos que la protegen y están de guardia en la muralla, se dan cuenta que cada vez es más difícil protegerla. Lo increíble, es que no saben si es porque los ataques son cada vez más fuertes, o porque no están seguros si el matar a aquellos que intentan cruzarla es lo que realmente deben hacer.


Llegado el punto en el tiempo... la muralla cayó. El mundo entero sabía que era lo que tenía que pasar... que alguna vez iba a pasar. Era lo lógico. Pero increíblemente, estuvo en pie durante 28 años.



Realmente me siento en El Muro de Berlín.

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