Hoy creo que intentaré ser conciso. Preciso sería ideal.
Los últimos meses de mi vida han sido sumamente reveladores, he pasado por cosas que nunca pensé. He crecido y madurado en aspectos que no creía posible. Pero al mismo tiempo, también ha habido sufrimiento. No vale la pena mencionarlo, aquellas personas que me conocen lo tienen claro, nunca he sido muy bueno para guardar mis propios secretos jaja.
Creo que por lejos la lección más grande de todas en dejar de creer en el "Yo nunca". A veces lo confundimos con valores, cuando la mayoría de las veces es madurez.. o la falta de ella. Decimos que no somos capaces de hacer ciertas cosas, que no sería posible.. ¿Yo?.. ¡cómo! Pero la historia nos muestra diferente.
Si cometemos los errores y no sacamos nada en limpio, no sirve de nada. Simplemente nos damos cuenta que somos capaces de hacer daño, de hacer cosas malas. Pero no le encontramos solución. ¡No avanzamos! Debo agradecer que una de mis cualidades es el saber ir hacia adelante, cambiar, mutar para mejor... a veces lamentablemente para peor si mi planteamiento es erroneo. El tema es saber distinguir.
Durante estos meses avanzé mucho, pero lamentablemente, en lo que más me importaba, retrocedí más. La indecisión y el miedo a perderlo todo, me llevaron a tomar la peor decisión de todas, dejarme llevar por las sensaciones y lo que en momento de stress te parece "lo correcto". Nunca me había arrepentido más en mi vida.
Pero gracias a Dios, logré sacar cosas en limpio. Logré aprender, seguir adelante. Aunque cometiendo otro error en paralelo: falta de sinceridad. Es un enredo, lo sé. Pero en tiempos turbulentos, lo que más falta es la razón. Lo peor de todo es que creemos estar clarisimos, todo parece cristal. Después nos damos cuenta que estabamos viendo a través de un mosquitero de varios años de vida.
¿Fue lo correcto? Seguro que no, eso está claro. Pero creo que lo importante es saber si, a pesar de todo lo malo, valió la pena. Dificil pregunta, muchas variables en juego, muchos sentimientos. Creo que me arriesgué a perderlo todo, sin saberlo, aunque no lo justifica. Pero si soy capaz de entender que maduré al respecto, que crecí, que me di cuenta lo que estaba en juego cuando pensé estar haciendo todo bien. Entonces si valió la pena. Ojalá hubiese sido de otra forma.
El camino hacia adelante no está claro, para nada. Estoy pendiendo de un hilo. En gran medida depende de mi, demostrar lo que quiero, demostrar que es lo que deseo firmemente con todo mi corazón y que estoy dispuesto a hacerlo todo. Pero siempre con calma, pensándolo. ¿Dejando la impulsividad, no?
Sólo quiero mostrar, ojalá de la mejor forma posible, que se lo que quiero. Que tengo clarisimo donde quiero estar en el futuro y por supuesto, con quien. El sólo hecho de pensar en que no sería posible me da nauseas. Estoy dispuesto a escuchar cuando me quieran hablar, pero ojalá me quieran escuchar a mi. Escuchar que no son Fairy Tales, hablar del sueño pero llevandolo al piso, viendo las dificultades, lo que se necesita, lo que se puede entregar. Estamos a tiempo, es mentira decir que nunca es tarde, porque hay veces que si lo es. Pero aún hay tiempo, quizás no tanto. Lo que queda es hacer las cosas bien de una vez por todas. Con calma... con pausas. "Tranquilo por la piedras" como dicen.
Te quiero en mi futuro. Te quiero junto a mi. Pienso demostrarlo cada día, de a poco. Como increiblemente me lo describió una canción: "Si supieras cuanto pintas en mi vida, no tendrías más salida que vivirla junto a mi". I will show you y espero que poco a poco ya lo estés viendo.
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